COMO LOS PILOTOS DE RALLY: PUÑOS DE ESPUMA

En viajes largos, sobre todo por campo, suelo acabar con las manos y antebrazos doloridos, ya sea por las vibraciones del motor o por el permanente traqueteo al ir fuera de carretera.

Hace tiempo descubrí algo que reducía mucho el problema.

Casi todos los años bajo con la moto a Marruecos, principalmente a disfrutar de las pistas. Como allí el terreno es muy pedregoso, el traqueteo, vibraciones y golpes en el manillar son permanentes.

Cuando uno se pasa casi todo el día, varios días seguidos, sobre la moto, el dolor de manos y antebrazos puede llegar a ser muy importante.

Recuerdo que hace bastante años nos cruzamos en Zagora, Marruecos, con Murchi, el presidente del Club Aventura Tuareg, así como varios pilotos que estaban entrenando para el Dakar. Casi todas sus motos llevaban puños de espuma específicos para uso off.

Así que a mi regreso busqué estos puños para montarlos en mi moto. Y los encontré facilmente.

Pensaba que serían caros, ya que están destinados especificamente para un uso rally, pero lo cierto es que son bastante asequibles, son los Progrip 786.

El grosor es levemente superior al de los puños normales, pero uno se acostumbra fácilmente, y la mejora es notable después de varias horas sobre la moto.

Así que aprovechando que tenía que cambiarle los puños a mi moto, le he montado estos Progrip.

Llevaba unos puños calefactables muy gastados, y yo no suelo conectarlos. Afortunadamente el clima alicantino no requiere mucha protección frente al frío.

Sacamos el contrapeso del final de manillar y quitamos el puño viejo. En mi caso simplemente lo he cortado porque estaba en muy mal estado.

A continuación, con un trapo o papel absorbente de cocina, y alcohol de 96º limpiamos bien el manillar.

Aquí vemos la diferencia de diámetro interior entre el puño que va del lado del acelerador y el otro.

Para facilitar la colocación de los puños nuevos utilizo agua y jabón de manos líquido bien mezclados. Una vez montados se evapora el agua y quedan bien sujetos. Yo dejo la moto un rato al sol para acelerar el proceso.

Este es el resultado final. He aprovechado para renovar los contrapesos.

La reducción de vibraciones que llegan a las manos es notable, algo importante cuando se conducen motos monocilíndricas o bicilíndricas, o simplemente después de muchas horas conduciendo en las que es frecuente que aparezca el típico hormigueo.

Por caminos muy rotos, la mejora es sencillamente espectacular. Los antebrazos agradecen mucho este alivio.

Existe una versión para carretera de estos puños, con una espuma un poco más densa, los Progrip 785.

Para los que no les guste el tacto de la espuma, también hay versión de goma alveolada, los Progrip 714. No son tan eficaces como los de espuma, pero también reducen bastante las vibraciones en las manos.

A echar kilómetros!