En algunas ocasiones, alejándose un poco de las vías más transitadas podemos encontrar zonas muy agradables y poco conocidas que merecen una visita.
Si además realizamos el trayecto en moto disfrutando de unas buenas curvas y de curiosas vistas, mejoramos la experiencia.
En esta ocasión hablaremos del valle de Ayora, que se sitúa en la Comunidad Valenciana, a unos 70 km de la costa, y paralelo a la misma.
Encajado entre suaves sierras, destaca su verdor que contrasta con las cercanas llanuras manchegas.
En los últimos años, muchos jubilados del norte de Europa han elegido esta zona para asentarse en un entorno agradable, con bonitos paisajes, pueblos acogedores y un clima suavizado por la relativa cercanía del mar. Sin olvidarnos de una gastronomía que reune especialidades valencianas y manchegas.
Saliendo desde Almansa, provincia de Albacete, iremos siguiendo la N330 en todo su recorrido hasta Requena como punto final.
El primer tramo se compone de largas rectas en las que el paisaje va cogiendo forma y se empiezan a apreciar las primeras sierras a ambos lados de la carretera, hasta que llegamos a Ayora, una bonita y tranquila población que conserva muchos edificios de trabajada arquitectura que denotan periodos de esplendor en la economía agrícola de principios del siglo veinte.
A partir de Ayora el paisaje se va haciendo más accidentado, y empiezan a aparecer las primeras curvas suaves.
A la vuelta de una, nos encontramos con Teresa de Cofrentes y sus retorcidas calles del casco antiguo.
Otro núcleo urbano por el que pasamos es Jarafuel.
Tras pasar junto a la central nuclear, llegamos a Cofrentes, cuyo castillo domina el embalse de Embarcaderos, punto de unión del Júcar y el Cabriel.
Además de un interesante casco antiguo, en las cercanías del pueblo existe un balneario con más de un siglo de antiguedad, y que dispone de un campo de golf de nueve hoyos
Vista del Cabriel desde la falda del castillo.
A partir de Cofrentes, la carretera se vuelve muy divertida durante unos cuantos kilómetros, y cada vez apreciamos mayor vegetación.
Finalmente llegamos a Requena, ciudad de tamaño importante donde encontraremos todo lo que necesitemos, además de unos cuantos vinos locales de buena calidad.
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| Cortesía de Google Maps |
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