LA HARLEY SPORTSTER DE ANTONIO


Los lectores de este blog ya sabéis que me gusta mucho hablar de motos que han recibido un toque de personalización por parte de sus propietarios.
Muchas veces no es por hacerlas únicas, aunque ese sea el resultado final, sino para adecuarlas al uso particular y carácter de uno mismo, convirtiéndolas en una extensión de tu personalidad.
Salen de fábrica como vehículos estándar, apto para cualquier cliente, pero las transformas y modelas en algo propio. Me gusta.









Haces unas semanas, me estaba dando un paseo con mi CB 500 BadAss, y probando nuevas modificaciones.

De repente por el rabillo del ojo pude ver a un chico lavando a mano una moto que destellaba bastante bajo el sol, pero sobretodo que parecía muy diferente a lo que solemos ver por nuestros pueblos y ciudades.

No me quedó más remedio que dar la vuelta para ir a cotillear y charlar un poco con Antonio, el feliz y orgulloso dueño de esta máquina.

Así que en las fotos siguientes podreis observar esta preciosa Sportster 883 de principios de los años 90 que ha recibido una buena dosis de modificaciones.




Reconozco tener un gran desconocimiento del mundillo custom, sin embargo son motos que me llaman bastante la atención, y tengo claro que tarde o temprano tendré una. A fin de cuentas me casé en Las Vegas montado en una Fat Boy Special, mi H-D favorita.

Pero como gran aficionado a las modificaciones de motos, no puedo evitar sentir admiración por algunas preparaciones.

Está claro que va por gustos, por eso se llaman "personalizaciones".





Hay varios detalles de esta moto que me llaman mucho la atención, como por ejemplo las llantas negras (no soy muy aficionado a los cromados), o su tamaño compacto y estrecho que permite destacar mucho el motor.




También me gustan los estribos de bicicleta. Además de integrarse muy bien a la moto, me recuerdan los estribos de la Transalp MadMax, aunque en aquel caso se buscaba más la efectividad que la estética.




Lamentablemente no se aprecia bien en la foto, pero el asiento está lleno de dibujos en relieve, incluido un demonio sonriente.

También puede comprobarse que el manillar es minimalista y lleva muy pocos cables. Uno de los motivos es la ausencia de bomba de freno en el mismo. Los frenos de ambas ruedas actuan gracias a la bomba de freno trasera. Lo que en Honda llevan años llamando frenada combinada.




En las fotos se puede apreciar que la moto tiene defectos de aspecto debidos a su uso diario, y eso es lo que más me gusta, que la moto se utiliza como vehículo habitual, no es un objeto de decoración para un escaparate. Por ese motivo lleva cicatrices de guerra.

La pintura "Metal Flake" del depósito y guardabarros trasero rinden mucho mejor a la vista de lo que se aprecia en las fotos.




En cierta manera, me recuerda a la Shadow bobber de Senen, que pudisteis ver en este mismo blog.

Desde aquí quisiera darle las gracias a Antonio por dedicar su tiempo a la realización de este modesto reportaje fotográfico.

Aquí va un breve vídeo de agradecimiento!





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